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CRECER EN PAZ, nuestro proyecto de formación a niños y niñas como  promotores de paz, lleva ya 6 años influenciando de manera positiva las vidas de los mismos y ayudándolos a ser más felices, más asertivos, a desarrollarse de manera integral y, además, ha involucrado a las familias de forma que se preocupen, motiven y comprometan a ser mejores madres y padres.

 

Esta sección de nuestra página web está dedicada a brindar información acerca de tres temas en particular que son esenciales para la educación integral de nuestros niños y la armonía en el hogar: Disciplina Positiva, Bullying y Autoestima.  Este banco de información fue creado con la finalidad de ser una herramienta fácil de acceder y con contenido relevante acerca del desarrollo positivo de los niños y la familia en general.

Para comenzar, el artículo Estrategias sencillas para interrogantes comunes, es una excelente forma de iniciar la lectura ya que contiene respuestas a las preguntas más comunes que se hacen los padres. Para descargar el artículo completo en Pdf, Click aquí.

 

DISCIPLINA POSITIVA

El niño con problemas de conducta: por qué el enfoque “supernanny” no funciona-por Úrsula Oberst

“Si queremos fomentar el sentimiento de comunidad en el niño y mejorar las relaciones familiares, tenemos que trabajar con objetivos inconscientes y asuntos de estilo de vida”. Desde un punto de vista adleriano, podemos argumentar que en aquellas familias en las que el niño no “se porta mal” en casa (pero sí en el colegio), es porque allá sus caprichos se satisfacen al más mínimo signo de malestar.

Para muchos padres es más fácil ceder cuando el niño se  rebela que imponer su autoridad.  En muchos casos, este problema surge cuando el niño consentido tiene que compartir y participar en un grupo o clase, cuando este tipo de permisividad es inapropiado. Incluso cuando existe cooperación entre profesores y padres, o cuando padres con buena voluntad quieren mejorar sus habilidades educativas usando las “pautas” recomendadas por el especialista, en muchos casos vemos importantes dificultades en los padres para cumplir con estas pautas. 

 En la variante mediática (televisión) existen figuras como la “supernanny”, un o una especialista de la educación o psicología (supuestamente) que pone a tono a padres aparentemente incompetentes dándoles pautas de modificación de conducta de cómo tratar a sus hijos. Este tipo de pautas educativas, que puede ser más o menos sofisticadas, pueden ser bastante eficientes en controlar la conducta perturbadora del niño, en casa o en el aula. Pero a veces, el adulto deja de usar estas pautas al cabo de un tiempo, las usa de forma inapropiada o nunca realmente empieza a usar las. En estas situaciones, el problema reaparece o se exacerba. ¿Por qué pasa esto? Alfred Adler fue uno de los primeros autores en reconocer que cada individuo aspira a tener significado y a pertenecer, a otra persona, a una familia, a un grupo, a toda la humanidad. Toda conducta, hasta la conducta desadaptativa o desviada, es una expresión del estilo de vida del individuo, y por eso, toda conducta tiene un propósito, un objetivo y un significado social. Por eso, podemos interpretar toda conducta, buena o mala, saludable o patológica, como un intento del individuo de encontrar su sitio en el contexto social, de superar sus dificultades y de alcanzar sus objetivos. Y en este intento, la gente se puede equivocar. Rabietas fuertes, por ejemplo, pueden ser una conducta no deseada, pero pueden tener sentido en un contexto familiar en el cual las necesidades básicas del niño no se satisfacen. Así, independientemente de un diagnóstico Psiquiátrico de la conducta disruptiva o desadaptativa del niño, no deberíamos interpretarla como “patológica”, “anormal” o“mala”, sino como la expresión de una idea errónea y objetivo equivocado que pueden ser corregidos, si comprendemos al niño e intentamos ayudarle. Los “cuatro objetivos erróneos de la conducta perturbadora infantil” de Dreikurs.  

En una aplicación del enfoque teológico de Adler, Rudolf Dreikurs formuló en 1940 los cuatro objetivos erróneos de la conducta infantil inapropiada como una forma de describir las motivaciones para sus acciones perturbadoras: metas inmediatas, específicas y principalmente inconscientes están en la base de problemas de conducta persistentes, debido a las ideas erróneas (inconscientes) que tiene el niño sobre como interactuar con el adulto, lo cual en sí mismo es una expresión de un sentimiento de comunidad insuficiente . De acuerdo con Dreikurs, el niño, con una conducta negativa, busca uno entre cuatro posibles objetivos equivocados: obtener atención, conseguir poder, tomar venganza o demostrar su incapacidad. Detectar el objetivo inconsciente detrás de la conducta manifiesta permite a los padres o profesores usar intervenciones más adecuadas y efectivas y de resolver la situación conflictiva concreta. Basándose en estas ideas, varios autores desarrollaron programas y escribieron manuales para entrenamiento de padres y / o de profesores, siendo los más famosos e importantes los de Dreikurs y colaboradores y Dinkmeyer y colaboradores. En España, Oberst desarrolló Educación para la Convivencia (EDUCON). La mayoría de estos programas están diseñados para mejorar el estilo educativo de los adultos en general, pero algunos incluyen la posibilidad de trabajar con familias que tienen niños diagnosticados con trastornos conductuales, en especial TDA/H, argumentando que estas intervenciones deberían incluir el desarrollo del sentimiento de comunidad en estos niños, porque experimentan sentimientos de impotencia, aislamiento social, baja autoestima, pocas habilidades sociales, y que tienen un riesgo más elevado de desarrollar conductas agresivas y delincuentes. Click aquí para descargar el artículo completo en Pdf.

¿Demandar obediencia ó motivar a la colaboración?-por Pamela Moreno

Artículo tomado de Disciplina Positiva Colombia: https://www.disciplinapositivacolombia.com/

Durante estos años como entrenadora de padres, pero sobre todo como mamá, siento cada día la urgencia por demandar obediencia, queremos que las cosas se hagan a nuestra manera y en nuestros tiempos, pero cuando esto involucra a otros adultos nos obligamos a respetar sus tiempos y a respetar sus ideas, nos obligamos a buscar acuerdos donde ambos adultos estemos cómodos, por qué no llevar ese mismo comportamiento a la necesidad de obediencia con nuestros hijos?

Siempre que expongo esta idea, siento ese temor en padres y maestros; el miedo de cultivar la irresponsabilidad y el egoísmo les hace un nudo en la garganta porque todos queremos cultivar niños sanos socialmente. Entonces aclaremos esto, no demandar obediencia no significa no enseñar responsabilidad, ¡todo lo contrario!, cuando demando, el mayor responsable es quien demanda –el otro solo cumple lo que le dijeron- pero cuando pido colaboración, cuando permito al otro crear sus propias estrategias para una meta social común, entonces estoy permitiéndole tomar responsabilidad total de su vida, sus actos y sus consecuencias, pero claro para entregar esta responsabilidad debo antes prepara el terreno, veamos:

En una misma situación cotidiana, vestirse para salir, veamos cómo funcionarían los dos escenarios. Podemos demandar obediencia: ¡Ve a vestirte! ¡Por favor ve a vestirte! ¡Déjate poner la camisa, ayúdame! etc. Ó, podemos preparar el terreno y motivarle a colaborar. Preparar el terreno sería según la edad del niño, tener ropa fácil para el quitarse y ponerse, dejar a su alcance 2 o 3 opciones de camisa y pantalón, haberse tomado el tiempo de enseñarle a tomar la camisa y el pantalón y ponérsela, conocer el tiempo estimado que tarda el niño en vestirse, entrenarle en donde dejar la ropa sucia; y luego que el ambiente esté preparado, motivar a la colaboración “En media hora salimos, qué te falta para estar listo y salir a tiempo?” Decía que invitar a la colaboración es permitirle tomar responsabilidad total de su vida, sus actos y sus consecuencias, así que el niño se invita a crear su propia idea par lograr la meta común “Estar listo en 30 minutos”. El niño pequeño podrá tener un poco mas de guía por ejemplo con opciones limitadas “Quieres vestirte ahora o luego de lavarte los dientes?” En este pensamiento el niño es responsable tanto del éxito con el cumplimiento de la meta, como del fracaso viendo los errores como oportunidades de aprendizaje para todos y deberá conocer con anticipación y no en forma de amenaza, qué ha decidido hacer usted (no que obligará a hacer al niño) al terminar esos 30 minutos “En 30 minutos salgo, no puedo esperar mas por que llegaría tarde, papá está dispuesto a quedarse contigo si no alcanzas” ó “En 30 minutos debemos salir, si no logras vestirte a tiempo, tendré guardar tu ropa en el morral y te vistes en el auto al llegar donde la abuela”. Quizá si repetidamente su hijo no logra estar a tiempo en 30 minutos, usted requerirá de trabajo de análisis para llegar al fondo del asunto, o el niño necesita más entrenamiento en sus habilidades ó está convirtiendo esta rutina en una manera de expresar una necesidad no satisfecha, en cuyo caso, se debe ir a la raíz del asunto.

Como se expone, dar órdenes quizá es más “rápido”, pero invita a las luchas de poder o a la sumisión, y a la larga, el padre siempre tendrá la mayor responsabilidad en hacer que se cumpla la orden, por lo tanto tiende a escalonar la firmeza y a recurrir a otras estrategias de control (amenazas, gritos, sobornos, etc). Mientras que cuando entrenamos y motivamos a la colaboración, damos esa responsabilidad al niño, y cada vez, el padre será menos activo y el niño será más responsable. Muchas veces los padres sentimos que no tenemos tiempo para entrenar y motivar, porque realmente es un trabajo a futuro, pero acaso sí tenemos tiempo y energía para, durante toda su infancia y adolescencia, estarles diciendo qué y cuándo hacer las cosas y ser los responsables de qué y cómo y cuándo las hacen? Click aquí para descargar el artículo en Pdf.

Efectos y riesgos de los castigos físicos a niños y niñas

En 52 países alrededor del mundo, es ilegal que un padre, madre, profesor, o cualquier otra persona discipline físicamente  un niño o niña y 124 países prohíben castigos físicos en las escuelas de acuerdo con Global Initiative to End Corporal Punishment of Children. En los últimos años, muchos psiquiatras, sociólogos, investigadores y padres, han recomendado la total prohibición del castigo físico en niños y niñas ya que todos tenemos derecho a la protección de nuestra integridad física y psicológica, más aún los niños y niñas ya que son más vulnerables. Click aquí para descargar una lista de los efectos y riesgos de este tipo de castigo. 

BULLYING O ACOSO ESCOLAR

Acoso escolar: caracterización, consecuencias y prevención-por Edilberto Cepeda-Cuervo y Gloria Caicedo Sánchez

En este artículo se analiza el fenómeno del acoso escolar, a partir de varias investigaciones desarrolladas en diferentes partes del mundo. Se plantean las formas de acoso escolar y se presentan algunas estrategias que pueden contribuir a prevenirlo y evitar esta situación en la escuela.

El acoso escolar es un tipo de violencia que se manifiesta por agresiones, físicas, sicológicas o sociales repetidas, que sufre el niño o niña en el entorno escolar ocasionada por sus compañeros. Para distinguir el acoso escolar de otras acciones violentas en este entorno, como por ejemplo de una pelea entre compañeros, es necesario reconocer dos características que lo identifican. La primera es la existencia intrínseca de una relación de poder (dominio-sumisión) que tiene el agresor sobre quién es el agredido o acosado. La segunda es que, en el acoso, las situaciones de agresión se presentan de forma reiterada. Click aquí para descargar el artículo en Pdf.

Bullying: violencia humana en la escuela-por Sergio Alejandro Martínez Vázquez Artículo tomado de Revista Digital Universitaria UNAM

Visto en su complejidad, el acoso escolar o bullying vincula a los niños violentos o violentados con otros personajes frecuentemente adultos, y con instituciones como la familia, la escuela, los medios de comunicación, que participan en este tipo de violencia humana. La víctima y el victimario del bullying son chivos expiatorios de una violencia que ellos no iniciaron y en la que ni siquiera tienen mucho que ver.

El bullying tiene sus víctimas y victimarios preferidos, personas que no son queridas en el seno familiar, que sufren violencia física o moral. Pueden ser víctimas si son tímidas, con poca autoestima e inseguras; o victimarios si aprendieron a ejercer violencia. Pero también personas que no se caracterizan por ser propensas a sufrir este tipo de violencia lo pueden resentir: por el hecho de ser diferentes y, por tanto, ideales recipientes de la envidia y la tensión social. Puede sucederle a alumnos destacados por sus méritos académicos, o a alumnos con signos visibles criticados socialmente (los morenos o los güeros, los de dientes chuecos, los gordos o muy flacos). Desde luego, los recién llegados, los discapacitados, los homosexuales o a los exitosos en sus relaciones sociales. Los hijos de prostitutas o los que tienen religión diferente pueden ser agredidos moral o físicamente. Es un fenómeno susceptible de ser conocido y detectado a través de indicadores diversos (la actitud triste o miedosa de las víctimas, por sus ausencias repetidas, su desgano para asistir a la escuela, síntomas psicosomáticos repetidos como el vómito o la denuncia de las víctimas, entre otras conductas posibles). Sin embargo, puede ser ocultado por el silencio cómplice de la propia víctima o de los testigos y hasta de maestros y autoridades. Click aquí para descargar el artículo en Pdf. Incluye interesantes casos y experiencias.

Cómo los padres, maestros y niños pueden evitar la intimidación o acoso escolar-por la Asociación Americana de Psicología

La intimidación o acoso escolar (bullying) es un comportamiento agresivo intencional, que consiste en un desequilibrio de poder o de fuerza. Además, es repetitivo, y se puede manifestar de forma física, verbal, o social. Si bien los niños pueden intimidar a otros usando medios más físicos, en las niñas el acoso se manifiesta mediante la exclusión social. Durante años la intimidación ha formado parte de la vida en el ámbito escolar e incluso en el laboral. Sin embargo, recientemente, la tecnología y los medios de contacto social se han convertido en un nuevo vehículo de este mal que ha ampliado su alcance. Ejemplo de ello es el “acoso cibernético” (cyberbullying) que se lleva a cabo en Internet y con teléfonos celulares. En sitios Web como Facebook, MySpace, Tumblr y Formspring, niños y jóvenes pueden enviar mensajes ofensivos continuamente las 24 horas del día. En otros, como Tumblr y Formspring se permite la creación de mensajes anónimos. La prevención y erradicación del acoso escolar consiste en el compromiso de crear un ambiente seguro, en el que los niños puedan progresar social y académicamente sin sentir temor. Para leer las recomendaciones que la APA hace a los maestros, padres y alumnos Click aquí

AUTOESTIMA

 

La autoestima y los niños- por Guía Infantil

La autoestima es un tema de psicología que despierta a cada día más interés en materia de educación por parte de madres y padres. Constituye una preocupación presente en muchas casas y forma parte de las conversaciones entre los miembros de la familia. Y es que la autoestima adquiere cada vez más protagonismo en problemas como la depresión, la anorexia, la timidez o el abuso de drogas.

Qué es la autoestima en los niños: La autoestima es la conciencia de una persona de su propio valor, el punto más alto de lo que somos y de nuestras responsabilidades, con determinados aspectos buenos y otros mejorables, y la sensación gratificante de querernos y aceptarnos como somos por nosotros mismos y hacia nuestras relaciones. Es nuestro espejo real, que nos enseña cómo somos, qué habilidades tenemos y cómo nos desarrollamos a través de nuestras experiencias y expectativas. Es el resultado de la relación entre el carácter del niño y el ambiente en el que éste se desarrolla.

La autoestima marca el desarrollo del niño: La autoestima es un elemento básico en la formación personal de los niños. De su grado de autoestima dependerá su desarrollo en el aprendizaje, en las buenas relaciones, en las actividades, y por qué no decirlo, en la construcción de la felicidad. Cuando un niño adquiere una buena autoestima se siente competente, seguro, y valioso. Entiende que es importante aprender, y no se siente disminuido cuando necesita de ayuda. Será responsable, se comunicará con fluidez, y se relacionará con los demás de una forma adecuada. Al contrario, el niño con una baja autoestima no confiará en sus propias posibilidades ni en las de los demás. Se sentirá inferior frente a otras personas y, por lo tanto, se comportará de una forma más tímida, más crítica y con escasa creatividad, lo que en algunos casos le podrá llevar a desarrollar conductas agresivas, y a alejarse de sus compañeros y familiares.

El papel de los padres en la autoestima de los niños: Algunos expertos afirman que una baja autoestima puede conducir a los niños hacia problemas de depresión, anorexia o consumo de drogas, mientras que una buena autoestima puede hacer que una persona tenga confianza en sus capacidades, no se deje manipular por los demás, sea más sensible a las necesidades del otro y, entre otras cosas, esté dispuesto a defender sus principios y valores. En este sentido, sería recomendable que los padres se preocupasen tanto por mantener una buena salud física en sus hijos, como por fomentar su estabilidad y salud emocional.

La autoestima es una pieza fundamental en la construcción de los pilares de la infancia y adolescencia. La autoestima no es una asignatura que se aprenda en el colegio. Se construye diariamente en a través de las relaciones personales de aceptación y confianza. El lado emocional de los niños jamás debe ser ignorado por los padres y profesores. Hay que estar atentos a los cambios de humor de los niños y a sus altibajos emocionales. Desde el nacimiento a la adolescencia, por su vulnerabilidad y flexibilidad, los niños deben encontrar seguridad y afecto en las personas que les rodean y los padres pueden hacer mucho por mejorar la autoestima de su hijo. Todo lo que se consigue en este periodo de desarrollo y crecimiento físico, intelectual y emocional puede sellar su conducta y su postura hacia la vida en la edad adulta.

12 maneras de fomentar la autoestima infantil-por Raquel Aldana

Artículo tomado de https://lamenteesmaravillosa.com/

Estamos tan obsesionados por crear la burbuja del bienestar adulto que se nos ha olvidado la importancia de sembrar la autoestima infantil. Es muy importante que nuestros pequeños crezcan en un mundo de adultos equilibrados, pues será lo mejor que les podamos transmitir. Sin embargo, si nos paramos a pensar sobre esto, no nos costará mucho darnos cuenta de que hacemos que nuestras carencias sean visibles.

Así es que los niños, como los animales, perciben nuestros miedos e inseguridades y las hacen suyas con gran facilidad. Ante este panorama, lo cierto es que debemos de esforzarnos porque esto ocurra en menor medida. Pero, ¿cómo podemos hacerlo? En primer lugar teniendo en cuenta que somos el mejor ejemplo a seguir para los niños, por lo que debemos fomentar nuestro autocuidado. En segundo lugar con nuestra forma de actuar y de tratarles, así como en los valores que les inculcamos, es decir, en cómo los educamos.

No queremos niños que tengan que ser perfectos porque no queremos cultivar la soberbia; queremos niños que se quieran y confíen en sí mismos y en su potencial. Click aquí para descargar las 12 claves que no fallarán para fomentar la autoestima infantil.

8 Dinámicas y Actividades de Autoestima para Niños y Adolescentes-por Bettina Cabana

 

Las 8 dinámicas y actividades de autoestima para niños y adolescentes a continuación son excelentes para trabajar la autoconfianza. Tener una buena autoestima es tan importante como tener un fuerte sistema inmunológico; protege de las adversidades y de las dificultades de la vida, otorgando la fuerza para luchar contra ellas cuando se presentan.

Las actividades que se pueden descargar dando Click aquí servirán como juegos para fomentar la autoestima en los hijos diariamente; la infancia y adolescencia es una edad crítica en la que comienza a desarrollarse la autoestima. Padres e hijos nunca estarán libres de problemas, pero pueden prepararse para enfrentar dichos problemas de manera exitosa con esta capacidad y otras como la resiliencia.

Causas y consecuencias de la baja autoestima-Artículo tomado de: https://tusbuenosmomentos.com/

Una persona con baja autoestima suele pensar de forma negativa sobre sí misma. Pero esto es lo bueno: Que la baja autoestima se sustenta más en creencias que en hechos y las creencias sí se pueden cambiar. Aún sin proponérselo, dichas creencias van cambiando a lo largo de la vida, dependiendo de las circunstancias y experiencias que atraviese la persona.

Causas de la baja autoestima

Cada persona sigue su propio y único camino en la vida y, a través del mismo, va formándose su autoestima. El proceso suele ser gradual. La persona puede no darse cuenta de que está formando un poso de creencias negativas sobre sí misma. En esa construcción, la naturaleza innata de la persona juega un papel, pero las experiencias que atraviesa y las personas con quienes se relaciona influyen decisivamente. Durante los primeros años de la vida, cuando la personalidad se está formando, algunas experiencias pueden dañar la autoestima. Y la persona, que aún no ha desarrollado las armas para enfrentarse a ellas, es quizás cuando comienza a sentirse poco valiosa. Pero, también de adulta, la persona puede vivir experiencias negativas que afecten su autoestima.

Algunas experiencias susceptibles de alimentar las creencias negativas de una persona sobre sí misma son:

Ser víctima de abusos (sexuales, físicos o emocionales) y la pérdida de control asociada a ellos.

Haber visto desatendidas sus necesidades básicas en la infancia.

Fracasar en cumplir con las expectativas de sus padres.

Sentirse el “bicho raro” de la escuela.

Sufrir discriminación (por discapacidad, apariencia, estatus social o cualquier otra circunstancia).

Verse empujado por la presión social para seguir determinadas normas.

Sufrir acoso o bullying laboral.

Padecer enfermedades que condicionen sus actividades cotidianas o impacten en su calidad de vida.

Sufrir por la pérdida de personas importantes de su vida.

Sufrir por exclusión social y soledad.

Afrontar el desempleo o condiciones laborales precarias.

Al atravesar experiencias dolorosas como esas, la persona puede ir formándose esa opinión negativa sobre su apariencia, su inteligencia o sus capacidades. Y, cuando ocurre algo que le hace recordar esas experiencias vividas, adopta una actitud negativa a la hora de enfrentarse a las nuevas experiencias. Dependiendo de qué tan intensas y arraigadas estén las creencias negativas sobre sí misma, la persona puede sentirse mal o incluso fatal (por ejemplo, a la hora de hablar en público) y quizás trate de evadir ese mal trago. Pero lo malo de escapar de esa experiencia es que la persona tiende a re-confirmar sus creencias negativas. Se hacen más fuertes, disminuyendo así la posibilidad de superar una situación similar en el futuro. Se construye, pues, un círculo vicioso que parece indestructible, pero no lo es. Precisamente por lo que dijimos: se sustenta en creencias que se pueden cambiar.

Consecuencias de la baja autoestima

De una u otra manera, todas las áreas de la vida quedan afectadas cuando la persona piensa tan mal sobre sí misma. Su autoestima baja se deja notar en lo que hace.

Veamos algunas de las situaciones más comunes… La persona con baja autoestima puede involucrarse en relaciones personales tóxicas, destructivas, porque no se da a valer para que sea tratada con el respeto y el amor que merece. Respecto a su vida social, puede decidir no involucrarse en muchas actividades para evitar las críticas de la gente, que suele tomarse tan a pecho. En el trabajo, puede suceder algo parecido: que evite tareas por miedo a no hacerlo perfecto o, incluso, que deje de optar a algún puesto de trabajo por no verse lo suficientemente buena para el mismo.

Por otro lado, la baja autoestima también puede desembocar en comportamientos muy negativos como, por ejemplo, las adicciones. O, en algunos casos, llevar a una persona a desarrollar una personalidad violenta, para enmascarar sus vulnerabilidades. Si en lugar de esas creencias negativas, la persona tuviese una autoestima sana, no quiere decir que no tendría problemas ni que dejaría de vivir experiencias desagradables, pero sí tendría mejores armas para afrontarlas. La información que has leído es una adaptación de la publicada en la página Mind.org, sobre la baja autoestima.

Concluimos con un montón de ideas que sirven para construir una autoestima sana, porque a todos nos viene bien fortalecer esos pilares, ¿a que sí?